Momento posparto: ¿ya tienes niñera?

El nacimiento de tu hijo es un momento, sin duda, central en tu vida. Estás rodeada de emociones, incertidumbres y, sobre todo si es el primero, también de algunos miedos. Por eso es importante (y muy tranquilizador) contar con un poco de ayuda extra mientras tu bebé y tú os vais conociendo.

En general solemos acudir a la familia, y desde luego que van a aportarte todo su cariño y un montón de experiencia (aunque a veces sea complicado lidiar con abuelas y cuñadas “sabelotodo”). Pero también es un buen momento para plantearse la búsqueda de ayuda profesional; ¿qué tal una niñera especializada?

El posparto, un momento delicado

No hará falta que te lo digamos; si el embarazo es un proceso emocionante, tras el parto es cuando de verdad empiezan las curvas. Para los profesionales sanitarios especializados en preparación integral al parto (algunos tan reconocidos como la Dra. Josefina Ruiz, o los que forman parte de centros como Yummy Mummy o Bmum) es tal vez sólo una fase más dentro del periodo perinatal.

Sin embargo, para los padres, en especial primerizos, suele ser un momento muy gratificante pero especialmente complejo, dado que es cuando de verdad comenzamos a afrontar el cambio de la “vida de antes” a la “vida con bebé”, con todo lo que implica en cuanto a responsabilidades, inseguridades y descubrimientos se refiere.

Además, la vida no para. Queremos decir que sigue siendo necesario comer, ir a trabajar, en fin… esas cosas. O sea, que las tareas cotidianas como preparar la comida, hacer la compra, poner la lavadora, hacer la limpieza, etc. no desaparecen como por arte de magia. Y si tienes hijos mayores, también hay que seguir atendiéndolos.

¿En qué te puede ayudar una niñera durante el posparto?

Uh, ni te lo imaginas. Por supuesto, en todas las tareas relacionadas con cuidar a tu bebé: la alimentación, los baños, esos llantos que al principio te parecen inexplicables… Esta ayuda será valiosísima sobre todo por lo mucho que puedes aprender al lado de una persona con amplia experiencia y, más que nada, por la serenidad que te va a transmitir.

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Y si esa persona cuenta con formación especializada, ni te contamos. Te ayudará a entender mejor cuestiones esenciales como los patrones de sueño, la psicomotricidad temprana, tus propios malestares o todas esas afecciones benignas (como la melanocitosis dérmica congénita, la costra láctea o el acné del bebé) que son normales pero nos ponen tan nerviosos…

Además, están todas las “tareas colaterales”. Nos referimos, por ejemplo, a la de lavadoras que vas a tener que poner, o la de biberones que vas a tener que preparar. En este sentido, una niñera es valiosísima porque te ayuda a reducir el estrés de esa amarga sensación de “no llego” que resulta tan frustrante y no contribuye, precisamente, a que disfrutes con tu bebé.

¿Cómo reconocer a la niñera ideal para tu posparto?

No es sencillo, y de ahí que una agencia especializada sea seguramente la mejor solución para centrar el tiro. De todas maneras, estos son los criterios que nos parecen más importantes:

  • Experiencia profesional en cuidado infantil (y si es diversa, mejor que mejor).
  • Referencias y certificados comprobados: informes de empleadores, informes psicológicos de personalidad, antecedentes penales, etc.
  • Alineamiento en el modelo de crianza. Si estáis en la misma onda en ese sentido todo será muuucho más fácil.
  • Proximidad geográfica; una ventaja práctica que facilita enormemente las cosas…
  • Formación especializada en puericultura. No es imprescindible, pero desde luego ayuda.
  • Afinidad personal. Siempre es todo más fácil si nos caemos bien, ¿no?

Prioridad número uno: disfrutar la experiencia

Con el posparto se inicia una andadura exigente, pero que puede ser muy gratificante. Te dejamos un par de pistas para elegir bien. ¡Ojalá te ayuden!

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