¿Buscando cuidador de niños? ¡Estas son las competencias y perfiles que necesitas!

A veces, es todo cuestión de feeling. Y con los empleados domésticos pasa muchísimo: puedes tener delante a una persona con estudios especializados y media docena de buenas referencias, pero hay algo que no te hace tilín… Y ves a otra persona sin experiencia ni formación, pero por la manera de miraros, de relacionarse con tus hijos o lo que sea, sabes que es la adecuada.

¿Qué tiene alguna gente que parece hecha para cuidar niños? En textos anteriores nos referimos a las figuras habituales de personas dedicadas al cuidado infantil o hemos hablado sobre la experiencia y la formación. Hoy vamos por otro lado: ¿cuáles son las competencias, habilidades, talentos que debe tener alguien para ser un buen cuidador de niños? ¿Existen diferentes “perfiles” de cuidador infantil?

Las habilidades clave

No nos vamos a parar en que si duras o que si blandas, lo que queremos es señalarte esas habilidades que, si detectas en una entrevista que alguien las tiene, buena señal para convertirse en el cuidador de tus hijos.

Empatía

La capacidad de establecer vínculos emocionales con tus hijos es seguramente lo que más valora cualquier familia. Ciertamente, queremos que la persona que nos ayuda a criar a nuestros hijos tenga una vocación por los cuidados y la educación, pero “que le importen nuestros hijos” es de lejos lo más mencionado.

Toma de decisiones y resolución de problemas

Si no tienes de esto estás perdido, ¿a que sí? Porque otra cosa no, pero deshacer entuertos y “resolver” es el pan nuestro de cada día cuidando chavales. ¿Qué merendamos hoy? ¿Vamos a este parque o el otro parque que está más lejos pero más cerca del súper? ¿Cómo sacamos esa pintura de la nariz?

Organización

Vale que la multitarea no es el plan ideal, pero a veces no queda otra… ¡salvo que seamos un as de la organización! Ese talento (que a algunas personas nos falta por completo) para coordinar tareas y tiempos es una enooorme ayuda cuando de hacer de niñera se trata, en especial si incluye otras tareas domésticas.

Creatividad

La habilidad del adulto responsable como creador de juegos, actividades, mundos, personajes y fantasías tiene que estar por lo menos a la altura de la que tienen los niños, o casi. Para ellos, la sorpresa es siempre el mejor estímulo y un gran trampolín para un desarrollo cognitivo y emocional equilibrado.

Capacidad de compromiso

Es lo que solemos llamar “implicarse” o “tomárselo en serio”. Tanto si hablamos de un cuidador interno o externo, de un proyecto regular a largo plazo o de ayudas ocasionales (en modo canguro) durante una temporada complicada, el compromiso es vital tanto en su relación con la familia como para colocar primero las necesidades e intereses del niño.

Perfiles o arquetipos de cuidadores infantiles

Párrafo A partir de un mayor o menos desarrollo de estas competencias, encontramos diferentes perfiles o arquetipos de cuidador infantil. Esto es solo un pequeño resumen para orientarte tanto en lo que necesitas como en lo que puedes encontrar:

  • El animador. Su fuerte es la parte del ocio y la estimulación a través de la actividad. Tiene muchos materiales, toneladas de energía (¿de dónde la saca?) y una actitud siempre positiva. Garantía de que tus hijos dormirán a pierna suelta.
  • El malabarista. No sabes cómo lo hace, pero llega a todo: lleva al pequeño de paseo, recoge a la mayor, hace la compra, manda un paquete y tiene la habitación ordenada. Ideal para vidas ajetreadas.
  • El autónomo. Será por su trayectoria, será por su forma de ser, el caso es que a este tipo de persona no tienes que andar diciéndole lo que tiene que hacer. Es más, no le gusta. Ideal si lo que quieres es delegar.
  • El sargento de hierro. No es que sea autoritario, pero con solo una mirada tus hijos siguen instrucciones de una forma que ni te imaginabas que fuera posible. Le gusta la disciplina, lo práctico y lo funcional.
  • El colega. Por alguna razón es especialmente capaz de crear lazos emocionales fuertes y duraderos allá por donde va. Genera simpatía, confianza y afecto sin proponérselo, y os chavales sencillamente lo adoran.

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