Nada es fácil cuando se trata de atender bien a nuestros hijos. Una dificultad común es elegir de manera acertada el servicio de una cuidadora para tu bebé o tus niños. Cuando necesitas ayuda para conciliar paternidad y trabajo nos asalta la duda: ¿cómo encontrar a la persona adecuada?
Sin duda es una decisión muy delicada, sobre todo si esa persona va a convivir en la casa con toda la familia como personal interno de servicio de cuidado de niños. Así que te conviene estar al tanto de los errores más habituales que no debes cometer en la selección.
No tener claro lo que queremos
Haz una lista con las cosas que de verdad no puedes dejar pasar. Nos referimos a tus necesidades en cuanto a horarios o condiciones, así como a los requisitos (características o cualidades imprescindibles) que hacen que esa persona dé o no dé el perfil que tú tienes en mente o que te imponen las circunstancias.
Para definir ese perfil de cuidadora o cuidador de niños es útil plantearte unas preguntas básicas antes de ir más allá. Reflexiona acerca de cuáles son para ti los factores para elegir niñera o canguro más relevantes, lo que deseas y lo que no deseas en absoluto, aquellos detalles que serían un plus interesante, etc.
No filtrar antes de citar a entrevista
La falta de tiempo es una de las razones por las que se contrata un servicio de cuidadores a domicilio, con lo que es mejor no perderlo en entrevistas completas sin haber hecho antes una pequeña preselección. Una conversación telefónica previa de unos minutos puede ya dar alguna pista de si la persona ha llamado nuestra atención positivamente.
Nuestro consejo es que confíes tu búsqueda a una agencia experta con perfiles profesionales bien delimitados. Así será más fácil entrevistar a las personas que respondan a tus necesidades y expectativas. Si pasa ese filtro, te aconsejamos una tercera y última entrevista más con los niños presentes.
Hablar “demasiado” (y olvidar los detalles clave)
En la entrevista no definas el perfil del o la candidata perfecta anticipando las respuestas que esperas para poder conseguir el trabajo; a eso nos referimos con hablar “demasiado”. Haz preguntas abiertas y pide al candidato o candidata que te cuente su manera de trabajar con niños como asistente interno.
Lo que sí debes decir, y explicar con mucha claridad, son las condiciones del puesto de trabajo a nivel contractual. Aparte de las cuestiones legales, imagina que encuentras a la candidata perfecta pero no le has informado bien de su salario, descansos, etc. Sería una lástima perderla por no haber puesto todos los detalles sobre la mesa.
No contrastar las referencias
Todos los currículos van a ir acompañados, o deberían, con algunas cartas de referencias. Tanto si te encargas de todo el proceso por cuenta propia como si han pasado el filtro de una agencia, lo más normal es que quieras contrastar personalmente los datos. Es lo más lógico del mundo.
Es muy fácil exagerar las recomendaciones por el cariño que se le tiene a una persona, pero lo que es correcto para unos puede no serlo para otros. Tu hogar merece el esfuerzo de confirmar cada detalle de la información aportada por el cuidador con preguntas directas que van más allá de lo que puedes leer en las cartas de recomendación.
No tener en cuenta las emociones
Algo tan delicado como contratar satisfactoriamente el servicio interno de cuidador de niños no puede separarse del factor emocional. Esa persona elegida tendrá una posición de relevancia en casa, y necesariamente estableceréis lazos personales (y sobre todo con tus hijos); será para ellos una figura querida y respetada.
La niñera interna perfecta es la que conseguirá una sensación de armonía y tranquilidad en casa, y que te haga sentir confianza y seguridad cuando estés lejos de tus hijos. Por eso, y aunque sin duda son importantes las cuestiones prácticas, el feeling (contigo y con los peques) es con frecuencia el punto clave en la selección.
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